El Papa Francisco recibe el primer papamóvil eléctrico de Mercedes-Benz
Mercedes-Benz marca un hito en la historia de sus vehículos dedicados al Vaticano con la entrega de un Papamóvil completamente eléctrico. Este vehículo exclusivo, basado en la nueva G-Class eléctrica, fue presentado hoy por el CEO de la compañía, Ola Källenius, junto al equipo de expertos que contribuyó en su desarrollo. La entrega se realizó en la ciudad del Vaticano, justo en las afueras de la emblemática Basílica de San Pedro, y se enmarca como un símbolo de sostenibilidad y de la colaboración histórica entre la marca y la Iglesia Católica, que se extiende por casi un siglo.
El Papamóvil eléctrico está diseñado para cumplir con altos estándares de funcionalidad y elegancia. Con este gesto, Mercedes-Benz no solo subraya su compromiso con la innovación, sino que también responde al llamado del Papa Francisco por un mundo más ecológico, tal como se expresa en su encíclica Laudato Si’. Este modelo, adaptado especialmente para las apariciones públicas del Papa, ha sido desarrollado con una motorización eléctrica optimizada para trayectos a baja velocidad, asegurando un viaje libre de emisiones.

Un Nuevo Capítulo en la Relación de Mercedes-Benz y el Vaticano
La historia de Mercedes-Benz con el Vaticano se remonta a 1930, cuando la marca comenzó a suministrar vehículos para los papas. El primer Papamóvil fue un Nürburg 460 Pullman Saloon destinado al Papa Pío XI. Desde entonces, la compañía ha proporcionado distintos modelos, incluyendo un 300 Landaulet para Juan XXIII y un 600 Pullman Landaulet para Pablo VI, hasta los modelos de la serie G que utilizaron Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. La nueva versión, un G580 con tecnología EQ, es el primer vehículo de su clase en ser completamente eléctrico y está pintada en el característico blanco perla.
Características y Detalles del Papamóvil
El G580 eléctrico cuenta con un tren de potencia adaptado que maximiza la eficiencia de los cuatro motores situados cerca de las ruedas, optimizados para desplazamientos lentos en eventos públicos. En la parte trasera, el asiento de banco fue sustituido por un asiento individual ajustable en altura y giratorio, que permite al Papa dirigirse a la audiencia desde diferentes ángulos. Además, se incorporaron dos asientos individuales en ambos lados de este asiento principal para proporcionar espacio adicional para pasajeros.
El diseño del vehículo también ha sido meticulosamente adaptado. El pilar B fue eliminado y transformado en una transición armoniosa hacia la carrocería, creando un perfil distintivo. En caso de mal tiempo, un techo duro ofrece resguardo a los ocupantes. Los especialistas de Sindelfingen se encargaron de la carrocería y del interior, utilizando técnicas de fabricación tradicionales, mientras que el equipo de Graz se enfocó en el desarrollo del tren de potencia eléctrico, y la gestión del proyecto se realizó en Roma.

Un Reconocimiento Especial para la Marca y su Compromiso con la Sostenibilidad
Durante la entrega, Ola Källenius expresó su gratitud hacia el Papa Francisco y destacó el enfoque sostenible de Mercedes-Benz. “Este Papamóvil es un paso importante en nuestro compromiso con la electromovilidad y la descarbonización. Este modelo no solo es un símbolo de nuestro legado y dedicación, sino un mensaje claro sobre nuestro objetivo de alcanzar una flota de vehículos neutra en carbono para 2039”, comentó Källenius.
La entrega fue también una oportunidad para que el Papa Francisco se reuniera con los equipos de Graz, Sindelfingen y Roma que trabajaron durante más de un año en el proyecto. Entre los asistentes se encontraba Britta Seeger, miembro de la Junta Directiva de Mercedes-Benz y Marc Langenbrinck, CEO de Mercedes-Benz Italia. Este último expresó su satisfacción por formar parte de un proyecto que refuerza la relación entre la compañía y la Iglesia, y reiteró el compromiso de la marca con la sostenibilidad y el bienestar de la comunidad.
Un Homenaje al Trabajo Manual y la Innovación Tecnológica
El desarrollo del Papamóvil fue una verdadera muestra de colaboración y dedicación. Klaus Millerferli, ingeniero de desarrollo en Sindelfingen, destacó el esmero y la pasión que caracterizó el proceso de creación, desde los primeros bocetos hasta la fase final de aprobación. “Este vehículo es una mezcla de trabajo manual, pasión y tecnología avanzada. Verlo entregado y saber que algunos de nosotros fuimos invitados a hacerlo personalmente es una experiencia inolvidable”, comentó Millerferli.
Por su parte, Peter Zotter, ingeniero en Graz, enfatizó la importancia de este proyecto como un honor especial, resaltando el orgullo y la emoción que compartió todo el equipo al ver que el Vaticano confiaba nuevamente en la G-Class para un propósito tan significativo.