México lanza su primera plataforma de IA generativa
México ha presentado oficialmente l’AM, una plataforma de inteligencia artificial generativa desarrollada y operada íntegramente en territorio nacional. Se trata de la primera iniciativa de este tipo en América Latina, con implicaciones directas en soberanía tecnológica, protección de datos y formación especializada.
Infraestructura propia y control de datos
A diferencia de los modelos internacionales como ChatGPT o Gemini, l’AM funciona sobre servidores NVIDIA HGX B200 instalados en México. Esto garantiza que toda la información procesada por la plataforma permanezca dentro del país, sin depender de redes externas ni transferencias internacionales. IAMEX, la empresa responsable del proyecto, se convierte en la primera firma mexicana en implementar esta tecnología de alto rendimiento.
Formación masiva en inteligencia artificial
El lanzamiento de l’AM está vinculado a la apertura del Centro Público de Formación en IA, una institución que busca capacitar a 25 mil personas al año. El centro ofrecerá programas presenciales y virtuales, con acceso gratuito, y se perfila como uno de los más grandes en su tipo en la región. Su objetivo es preparar talento nacional para enfrentar los desafíos técnicos, éticos y sociales que plantea el uso de estas tecnologías.
Aplicaciones en sectores clave
La plataforma está diseñada para integrarse en áreas como salud, educación, justicia, medios de comunicación y movilidad. Su enfoque es ofrecer soluciones adaptadas al contexto mexicano, tanto en lenguaje como en valores culturales. Esto incluye el desarrollo de asistentes virtuales en lenguas indígenas, sistemas automatizados para servicios públicos y herramientas editoriales con sensibilidad local.
Un precedente regional
Hasta ahora, ningún país latinoamericano había desarrollado una plataforma de IA generativa con estas características. México se posiciona como pionero en la región, con una propuesta que combina infraestructura propia, formación masiva y enfoque ético. El proyecto representa un cambio de paradigma en la relación entre tecnología y soberanía, y abre nuevas posibilidades para el desarrollo de soluciones digitales desde una perspectiva nacional.
