Alpine renueva su identidad a 70 años de su fundación
A siete décadas de su fundación, Alpine atraviesa una etapa clave en su evolución como marca. Bajo la dirección de Renault Group, el fabricante francés de vehículos deportivos trabaja en una renovación de su lenguaje de diseño, que busca equilibrar el legado histórico con las exigencias del mercado actual. Este proceso fue abordado en el segundo episodio de la serie “Alpine, 70 años”, centrado íntegramente en el rediseño de la marca y su proyección hacia el futuro.
Desde el Alpine Design Studio, Laurens van den Acker, director de diseño del Grupo Renault, y Antony Villain, vicepresidente de diseño de Alpine, explicaron cómo el rediseño se ha construido a partir de una revisión crítica de los elementos fundacionales de la marca, sin perder de vista los desafíos que impone la transición hacia una nueva etapa tecnológica.
Uno de los ejes centrales de esta transformación es la incorporación de tecnologías eléctricas, que permiten explorar nuevas posibilidades en términos de proporción y arquitectura. En ese contexto, el concept car Alpenglow se presenta como una pieza clave que no solo anticipa la dirección estilística de los futuros modelos, sino que consolida una evolución coherente con el legado de la marca. Para Villain, esta nueva fase no nace desde la nostalgia, sino desde una visión entusiasta hacia una marca con amplio potencial de desarrollo.
Paralelamente, Alpine se prepara para ampliar su gama de productos. Mientras que históricamente se ha identificado por una oferta limitada, la marca prevé un crecimiento hacia seis o siete modelos, lo que implica un esfuerzo de diseño que garantice cohesión sin caer en repeticiones. En palabras de van den Acker, el reto está en construir una narrativa visual sólida, en la que cada nuevo vehículo tenga sentido y aporte valor a la historia general de la marca.
A pesar de los cambios, algunos elementos simbólicos se mantienen intactos. Tal es el caso del logotipo: la letra “A” acompañada por una flecha, creada en los años 60 por Philippe Charles. Este emblema ha perdurado como símbolo de velocidad, movimiento y precisión, y su permanencia refleja el esfuerzo por preservar la identidad original de Alpine incluso en un contexto de renovación profunda.
En conclusión, la marca se encuentra ante un momento de redefinición que no busca romper con el pasado, sino reinterpretarlo a la luz de nuevos parámetros. El equilibrio entre historia, diseño e innovación tecnológica aparece como el núcleo de una estrategia que proyecta a Alpine hacia una nueva etapa en su recorrido industrial.
