Marrón sepia: El tono que definió una historia con Porsche

En un garaje de Jupiter, Florida, se conserva una historia poco común: la de un hombre, siete Porsche y un solo color. Richard Raimist, de 72 años, ha dedicado su vida a la marca alemana, pero más aún a un tono que marcó su identidad como coleccionista y expiloto: el marrón sepia. Tres de sus autos, con más de cinco décadas de diferencia entre sí, comparten ese distintivo acabado.
La historia comenzó en Los Ángeles, en los años 60. Raimist era entonces un joven que observaba con admiración los Porsche que recorrían la ciudad. Fascinado por los modelos 356, 911 y 914, soñaba con tener uno propio.
Ese momento llegó en 1973. Con apenas 20 años, y tras iniciar su carrera en la industria del cine en Hollywood, adquirió su primer Porsche: un 911 T Targa, aún en tránsito desde Alemania. Lo eligió en marrón sepia, un color que no había visto antes en las calles y que llamó su atención por su rareza. Más tarde descubriría que esa decisión sería mucho más que una preferencia estética.

Un color con historia limitada
El marrón sepia no fue una opción común. Porsche lo ofreció como color especial en 1970 y 1971, y como tono de serie entre 1972 y 1973. Solo se produjeron 1,283 unidades del 911 en ese color, de las cuales 477 eran modelos Targa. Uno de ellos es precisamente el que Raimist aún conserva, en perfecto estado.
Del uso cotidiano a las primeras modificaciones
Después de una década de uso y más de 160,000 kilómetros recorridos, Raimist guardó su 911 al mudarse a San Diego. Fue su pareja de entonces, Paula, quien lo animó a volver a sacarlo. No solo lo hizo: también lo transformó. Adaptó el auto para competencias amateur, incorporando un motor más potente, dirección deportiva, aletas RS de acero y ruedas ensanchadas.
Así comenzó su participación en autocross y pruebas contrarreloj como miembro del Porsche Club of America. Aquella experiencia fue el punto de partida de una nueva etapa, más cercana al mundo de la competición.

El salto a las pistas profesionales
Con el paso del tiempo, Raimist adquirió un segundo 911, esta vez un coupé de 1973 preparado con especificaciones RSR. En 1994, sumó un Carrera RSR 3.8 (964) de fábrica, con el que participó en carreras organizadas por el PCA Club Racing. Viajó por todo el país, compitiendo en circuitos como Sebring, Watkins Glen, Lime Rock Park y Laguna Seca.
En 1995, su trayectoria dio un giro inesperado. A los 41 años, participó en las 24 Horas de Daytona con un 911 Cup, logrando finalizar en la posición 27 de una parrilla de 74 autos. Fue su primer gran logro a nivel nacional.

Tres Porsche sepia… y uno más en camino
Hoy, su garaje alberga varios modelos Porsche. Además del Targa original, conserva un 911 Targa 4 GTS del año 2023 y un 718 Spyder RS adquirido en 2024, ambos pintados en marrón sepia a través del programa Paint to Sample. Y la colección crecerá: Porsche ha confirmado la entrega de un nuevo 718 Cayman GT4 RS con el mismo acabado.
Para él, el marrón sepia no es solo un color. Es una declaración de identidad, una línea narrativa que conecta su primer Porsche con los modelos más recientes. Un símbolo que ha acompañado su camino durante más de cinco décadas.