Bugatti revela los secretos técnicos del Tourbillon

Bugatti presenta una alternativa radical al modelo tradicional de electrificación. En lugar de sustituir el motor de combustión, el Tourbillon apuesta por integrar lo eléctrico como herramienta de apoyo. El resultado es un tren motriz híbrido de alta precisión, donde un motor V16 atmosférico se combina con tres motores eléctricos para ofrecer rendimiento, emoción y eficiencia en un solo conjunto.

Un sistema híbrido completamente integrado
En el corazón del Tourbillon se encuentra un motor V16 de 8.3 litros, sin asistencia forzada. A este se suma una transmisión de doble embrague con ocho relaciones y un diferencial vectorial de par. La novedad técnica está en la asistencia eléctrica: un motor trasero de 250 kW capaz de girar a 24,000 rpm, y dos motores adicionales en el eje delantero, montados con sus respectivos inversores en una sola unidad compacta.
A pesar de su complejidad, el conjunto pesa solo 430 kilogramos, es decir, lo mismo que el motor del Chiron por sí solo. Esta eficiencia refleja un desarrollo pensado desde el inicio para evitar sobrepeso y mantener el equilibrio del vehículo.
Batería estructural, no añadida
La batería del Tourbillon no fue colocada como un accesorio. Su diseño en forma de T está integrado al chasis del auto, lo que contribuye a la rigidez estructural y optimiza la distribución de peso. Tiene una capacidad de 25 kWh, más de 1,500 celdas y un sistema de refrigeración por aceite. Su ubicación estratégica permite una autonomía eléctrica de más de 60 km sin afectar el diseño ni la experiencia de manejo.
Más ligero, más rápido, más capaz
Aunque incorpora más componentes que su antecesor, el Tourbillon es más ligero. También alcanza una mayor velocidad máxima y ofrece más espacio para equipaje. Esto fue posible gracias a decisiones de diseño como el uso de componentes de suspensión impresos en 3D, 45% más ligeros que los anteriores.
A diferencia de un motor atmosférico tradicional, que necesita bajar marchas para entregar potencia máxima, el Tourbillon utiliza sus motores eléctricos para ofrecer respuesta inmediata. Esta colaboración permite mantener el carácter emocional del V16, mientras se aprovecha la eficiencia del impulso eléctrico.

Sistemas eléctricos multifunción
Los motores eléctricos del Tourbillon cumplen varios roles: sirven como generadores, arrancadores y apoyo al rendimiento. Todo el sistema funciona a 800 voltios, eliminando la necesidad de sistemas de 12V y permitiendo recargar la batería durante la marcha. Esto no solo simplifica el diseño, también mejora la eficiencia energética general del vehículo.

Visión técnica, no tendencia
Mate Rimac, CEO de Bugatti Rimac, explica que esta arquitectura no responde a una moda, sino a una convicción técnica: “Hemos creado un sistema donde lo eléctrico no compite con lo térmico, sino que lo hace mejor. La emoción sigue en manos del V16, la precisión la aporta la tecnología”.
El Tourbillon no es un auto híbrido convencional. Es una reinterpretación de lo que puede ser el alto rendimiento cuando se privilegia la integración por encima de la sustitución.