El fin de la carrocería artesanal en Rolls-Royce con el Phantom VI

Fabricado entre 1968 y 1993, el Rolls-Royce Phantom VI fue el último modelo de la marca construido sobre un chasis rodante, cerrando una era de fabricación tradicional que había caracterizado a la compañía desde 1904. Este modelo, reconocido por su exclusividad, fue adoptado por coleccionistas y figuras de la realeza, consolidándose como un símbolo de la artesanía automotriz de su tiempo.

Evolución Técnica y Mecánica
Derivado del Phantom V, el Phantom VI incorporó mejoras significativas en su ingeniería. Entre los cambios más notables se encuentra la implementación de un motor V8 de 6.75 litros más potente y una caja de cambios automática de tres velocidades, en sustitución de la transmisión de cuatro marchas de generaciones anteriores. Además, se optimizó el sistema de frenos mediante la adopción de tecnología hidráulica del Silver Shadow para mejorar su rendimiento.
Producción y Carrocería
El ensamblaje de cada unidad fue realizado de manera artesanal por H. J. Mulliner Park Ward, el taller de carrocería interno de la marca. Durante su producción, la carrocería del Phantom VI fue fabricada bajo estrictos estándares de personalización, adecuándose a las necesidades de sus propietarios. La familia real británica fue una de las principales usuarias de este modelo, contando con unidades que siguen en servicio dentro de su flota oficial.
Dos de las configuraciones más representativas del Phantom VI fueron el landaulette y el Sedanca de Ville, diseñadas para facilitar la visibilidad de los pasajeros en eventos públicos. Entre las versiones más conocidas destaca la unidad encargada por la Reina Madre, con una capota retráctil parcial.

Seguridad y Adaptaciones
Con el paso de los años, las regulaciones de seguridad exigieron diversas modificaciones en el Phantom VI. Entre los cambios implementados se incluyeron puertas delanteras con bisagras reforzadas, manijas empotradas y una columna de dirección colapsable en caso de impacto. Para cumplir con nuevos protocolos de prueba, un prototipo fue sometido a un choque contra un bloque de hormigón de 100 toneladas a 48 km/h, superando satisfactoriamente la evaluación. Tras ser restaurado, el vehículo continuó en funcionamiento como automóvil de cortesía en un hotel suizo.
Fin de la Producción
La complejidad para obtener componentes originales de la época del Silver Cloud influyó en la decisión de finalizar la producción del Phantom VI. En mayo de 1991 se entregó la última unidad solicitada por un cliente, equipada con 117 detalles personalizados, entre ellos un frutero de plata maciza fijado con imanes ocultos. La última unidad ensamblada fue un landaulette en combinación de negro y rojo, originalmente destinado a ser retenido por la marca, pero vendido en 1993 debido a presiones económicas.
Aunque la producción del Phantom VI marcó el fin de la era de carrocería tradicional en la marca, la personalización automotriz resurgió en 2017 con la presentación del Sweptail. Posteriormente, se desarrollaron modelos como el Boat Tailen 2021 y el Droptail en 2023, consolidando una nueva etapa de fabricación a medida. Estos avances reflejan la continuidad de la exclusividad en el diseño automotriz, adaptándose a las tendencias actuales sin perder el vínculo con su legado histórico.