Nueva estrategia de reciclaje en Audi

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MaterialLoop project tests circular economy potential of end-of-
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A partir de este año, Audi pondrá en marcha un nuevo sistema que permitirá incorporar materiales reciclados directamente en su cadena de suministro, marcando una transición hacia una lógica de producción más circular dentro de la industria automotriz. La propuesta no se limita a una cuestión ambiental, sino que busca combinar rentabilidad, trazabilidad y aprovechamiento de recursos en un mismo modelo operativo.

Esta estrategia plantea una ruptura con los modelos tradicionales de reciclaje, donde los materiales se descartaban al final de su vida útil sin un retorno claro al sistema productivo. En este caso, Audi apuesta por recuperar componentes de vehículos de preproducción y reintegrarlos en la fabricación de nuevos modelos, un proceso que contempla tanto la recuperación técnica de materiales como su trazabilidad dentro del ciclo industrial.

Uno de los elementos centrales de esta propuesta es el reciclaje del acero. Desde hace algunos meses, la marca alemana ha comenzado a utilizar acero posconsumo en modelos como el Q6 e-tron, particularmente en el área exterior del techo. Otros vehículos como el A3, A4, Q4 e-tron, Q8 Sportback e-tron y e-tron GT también han empezado a incorporar esta clase de materiales reciclados.

El origen de este enfoque puede rastrearse hasta el proyecto piloto MaterialLoop, lanzado en 2023, en el cual Audi exploró formas de reciclar materiales de vehículos fuera de uso. Como parte de esta iniciativa se desarrolló una herramienta de trazabilidad digital llamada cuenta digital de materiales. Su función principal es identificar el origen y calidad de cada material reciclado que se reincorpora, permitiendo una trazabilidad técnica útil para proveedores y productores por igual.

En paralelo, se ha estructurado un modelo de recuperación en dos etapas. La primera consiste en desmontar los vehículos de preproducción para separar elementos aún reutilizables, mientras que la segunda implica el procesamiento y reincorporación de estos materiales a la cadena industrial. El enfoque incluye acero, aluminio, vidrio, plásticos y componentes derivados de baterías de alto voltaje.

La recuperación de aluminio tiene un papel protagónico. Desde 2017, Audi aplica un sistema de circuito cerrado en el que los recortes generados en el taller de prensado se reciclan y se reutilizan en nuevas piezas. Este procedimiento no solo permite reducir la demanda de aluminio primario, sino que también disminuye el consumo energético hasta en un 95 por ciento.

En cuanto al reciclaje de plásticos, Audi trabaja con la empresa LyondellBasell para aplicar técnicas de reciclaje químico. Este método ha permitido fabricar piezas como cubiertas de cinturones de seguridad a partir de residuos plásticos mixtos, material que hasta hace poco no podía ser reutilizado en la industria automotriz.

También se han realizado avances en la reutilización del vidrio. Desde 2023, los parabrisas del modelo Q4 e-tron se fabrican con hasta un 30 por ciento de vidrio reciclado, gracias a la colaboración con empresas como Saint-Gobain y Reiling Glas Recycling. Este proceso contempla la recolección, clasificación y transformación del vidrio dañado en nuevas láminas listas para ensamblar.

En lo que respecta a las baterías, el Grupo Volkswagen ha establecido una planta piloto en Salzgitter que permite extraer y reutilizar elementos críticos como litio, níquel, cobalto y manganeso, todos necesarios para el funcionamiento de las baterías de alto voltaje utilizadas en vehículos eléctricos.

Más allá de la cuestión técnica, este modelo también contempla una dimensión económica. Audi busca ofrecer a sus proveedores materiales reciclados que cumplan con parámetros de calidad constantes y predecibles, minimizando la dependencia de materias primas sujetas a variaciones abruptas en el mercado internacional.

El rediseño del reciclaje propuesto por Audi apunta, en esencia, a construir un sistema donde los materiales circulen dentro de la cadena productiva sin perder valor. Lejos de tratarse de un simple ajuste logístico, la estrategia responde a la necesidad de repensar el uso de los recursos en un contexto donde la eficiencia y la responsabilidad ambiental empiezan a tener un peso determinante en las decisiones industriales.

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